Rocío Gómez participaba de la primera clase en la isla Tao. Se extravió y fue hallada a unos 6 metros de profundidad sin el regulador para respirar.
La turista fue trasladada primero al hospital de la isla de Samui, cercana a Koh Tao, y luego a Bangkok, capital de Tailandia, donde permaneció internada y falleció el 21 de diciembre.
Familiares y amigos de la joven fueron acompañados por la embajada argentina en Bangkok y la Dirección de Asuntos Consulares de Cancillería, quienes llevaron adelante los trámites correspondientes para posibilitar la cremación del cuerpo.
En las redes sociales, Pura Vida emitió un comunicado en el que aseguró que «se cumplieron todos los estándares de seguridad y profesionalidad y los testigos exculpan al instructor del suceso pero eso no evita la responsabilidad moral total y absoluta del instructor y de Pura Vida Koh Tao en el accidente». Y añadió: «Seguimos colaborando en todo para esclarecer cada mínimo detalle ocurrido».
En las redes sociales, amigos de la joven se encuentran compartiendo un comunicado de su pareja: «Rocío bajó con su instructor y una pareja de españoles. Es sabido que cuando se bucea siempre es mejor hacerlo en parejas, para que uno siempre está pendiente del otro y éste de nosotros», indica Franco en el posteo. Y se pregunta: “Dónde estaba el instructor cuando ella lo necesitó?”.
Por su parte, los familiares de Rocío pidieron reserva del caso y prefirieron no tener contacto con la prensa.