jueves, marzo 28, 2024

Una aplicación permite vender comida casera a los vecinos

Otra iniciativa polémica en medio de la suspensión judicial a las app de delivery. Las dudas por el control bromatológico y la competencia desleal con los locales gastronómicos habilitados.

Mientras sigue la pugna judicial por la legalidad de los servicios que brindan las aplicaciones de delivery y transporte, en pleno debate de precarización laboral y competencia desleal, continúan apareciendo plataformas que llevan la discusión varios pasos más lejos de una solución.

 

Uber y Airbn salieron al mercado y lograron un gran éxito entre los usuarios en el sector del transporte y el alojamiento, respectivamente. Pero también generaron gran oposición y denuncias por competencia desleal de parte de los tradicionales prestadores del sector, como taxistas y hoteleros.

 

También prendieron y se multiplicaron las plataformas de delivery, con Pedidos Ya, Glovo y Rappi a la cabeza. Adoptadas con los brazos abiertos sobre todo por comercios gastronómicos, produjeron una importante controversia -incluso judicial- sobre las condiciones laborales de los repartidores, considerados por las aplicaciones como trabajadores autónomos sin relación de dependencia.

 

En pleno conflicto y debate por la adaptación de las leyes a dichos servicios, aparece otra app que genera rechazo de esos mismos locales gastronómicos que se benefician con el uso de las aplicaciones ya cuestionadas.

 

Se trata de Pinny, un emprendimiento que permite a particulares vender comida casera a sus vecinos, en un radio de unos cuatro kilómetros.

 

«Si bien estamos al lado de monstruos (por las aplicaciones de delivery), creemos que nos vamos a quedar con una buena porción del mercado. Tenemos una gran oportunidad porque vemos que la gente está cambiando la forma de comer», contó a El Cronista Martín Pérez, el ideólogo de Pinny.

 

«Conectamos a los amantes del buen comer, de la comida casera y artesanal, preparada con ingredientes frescos y respetando cada proceso, con chefs independientes y apasionados que realizan sus platos con amor y compromiso», se promocionan en su sitio web.

 

El lanzamiento oficial del servicio será el jueves 15 de agosto en La Plata, donde cuentan con unos 200 cocineros registrados. Para inicios de septiembre está previsto comenzar a funcionar en la ciudad de Buenos Aires, con 800 «chefs» y 500 repartidores, y hacia fin de ese mes tocará el turno de Conurbano.

 

Para octubre, planean extender las prestaciones a Córdoba, Rosario y otros puntos claves del interior del país, mientras que en 2020 quieren traspasar las fronteras hacia Uruguay, Chile y Colombia.

 

La aplicación está operativa y disponible en las tiendas desde abril pasado. Según Clarín, en este primer período de prueba, 800 personas ofrecieron su comida casera y se entregaron unos 3000 pedidos.

 

Cómo funciona Pinny

 

Los cocineros hogareños -aunque nada impide que sean profesionales- establecen sus días y horarios de trabajo, publican el menú con un máximo de 22 platos, además de los precios y el costo del envío.

 

Al recibir el pedido, lo aprueben y tienen entre 60 y 90 minutos para la entrega. El pago se puede realizar en efectivo en el momento o con tarjeta a través de la aplicación.

 

El delivery

 

El «chef» puede tener en su casa un punto de «take away» para que el comensal retire el pedido. El sistema permite también al cocinero que se haga cargo del delivery en forma personal.

 

La tercera opción para el «chef» es la de contactarse con un «rider» -repartidores registrados en la app- y ponerse de acuerdo para que entregue la comida.

 

«Creamos una rede de repartidores, que tienen que cumplir con todas las normativas sanitarias y contables, pero ellos coordinan directamente con los chefs el resto», explicó Pérez.

 

Desde la empresa Pinny afirman que esa actividad -el envío del producto- no forma parte de su negocio, que se basa en el cobro de una comisión del 12,5% por cada venta.

 

Así, todo apunta a que el «chef» será el responsable legal del delivery o a que el repartidor se convertirá en trabajador autónomo (de manera informal o no).

 

Habrá que ver si llegan en algún momento a esta aplicación las denuncias laborales que tienen trabado judicialmente el funcionamiento de Pedidos Ya, Globo y Rappi en Capital Federal.

 

Salubridad y competencia desleal

 

La responsabilidad laboral por los encargados del delivery no es el único escollo que se abre en el futuro de Pinny, ya que empezaron a hacerse escuchar los cuestionamientos de los restaurantes, bares y otros locales gastronómicos.

 

«Nos causa gran preocupación», admitieron a Clarín desde la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de Argentina (Fehgra). En la entidad hablaron de «competencia desleal» y en ese sentido ya que no está claro cómo estarán inscriptos los cocineros hogareños y qué impuestos pagarán.

 

Pero no sólo apuntaron a la diferencia de costos para producir y vender que tiene un comercio respecto a una casa (sobre si esta última no paga impuestos), sino a las condiciones de salubridad e higiene para la manipulación y envasado de alimentos, y a otras regulaciones como libretas sanitarias y contratación de personal.

 

«Esperamos que las autoridades competentes actúen para garantizar las condiciones sanitarias con el objeto de evitar riesgos a la salud pública», sostuvo Paulo lunzevich, vicepresidente de Fehgra.

 

Consultado sobre el aspecto legal y el control de la salubridad, al portal Blanco sobre negro Pérez señaló: «En La Plata hay una ordenanza 11.284 que regula a las Pequeñas Unidades Productivas Alimenticias (PUPA). Todos los chefs inscriptos en Pinny deberán cumplir con todas las cuestiones sanitarias y las impositivas, todas las ventas serán en blanco».

 

Dicha normativa habilita a las personas que cocinan alimentos en sus hogares a inscribirse en un registro y así poder comercializar sus productos, con algunos límites y con la obligación de inscribirse como monotributistas, realizar el curso de manipulación de alimentos y contar con una cocina que cumpla ciertos requisitos.

 

Sin embargo, no todas las demás ciudades tienen regulaciones similares y allí también queda planteada la duda de cómo se meterá el negocio para adaptarse a las normas locales.

 

«Pinny no es responsable de la sanidad o seguridad de los establecimientos en donde se preparan los platos y no verifica el cumplimiento de las leyes y normas legales aplicables a su preparación y habilitación», afirma la aplicación en sus términos y condiciones de uso, donde se aclara que aclara funciona como mero «intermediario» entre cocineros y comensales.

 

Desde la app detallaron que habrá moderadores para chequear las publicaciones y ofertas, y confían en el poder de control de los clientes finales, quienes podrán dejar asentadas sus opiniones sobre los pedidos como guía para otros usuarios del sistema.

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