En la primera ronda quedaron fuera de competencia Racing y Defensa, campeón y subcampeón de la Superliga. En octavos le tocó a Argentinos y en cuartos a Independiente.
Para salvar el honor del fútbol argentino estaba Colón, que debía remontar un 0-1 sufrido en Venezuela ante Zulia. Y el equipo santafesino, a pesar de que regaló un tiempo, supo cambiar (mérito del cuestionado Pablo Lavallén), que realizó la modificación exacta para encarrilar la serie.
El Sabalero se impuso 4-0, avanzó a semifinales (espera por La Equidad o Atlético Mineiro) y es nuestra única esperanza. Si, Colón es el orgullo Nacional en la Sudamericana.
La presión asfixiante del comienzo y la chance de Bernardi que no culminó en gol por la buena reacción de Leo Morales, hizo presagiar un trámite con el plano inclinado hacia el arco venezolano.
Pero ese arranque fue sólo un espejismo. Colón fue fácil presa de los nervios, estuvo atado y equivocado en las resoluciones. Así, el primer tiempo se le fue consumiendo con la pelota en su poder pero sin tener a disposición la llave que le permitiera abrir la puerta que lo condujera a los dominios del arquero de Zulia.
En tanto la visita mostró una gran predisposición táctica, con superioridad sobre el Sabalero en cada pelota dividida y saliendo en forma organizada tratando de golpear de contra. Le faltó peso para conseguirlo a tal punto que en la única acción en que llevó riesgo, un remate de Zambrano se perdió por arriba del travesaño.