viernes, marzo 29, 2024

Los rescatistas tratan de alcanzar las zonas más remotas tras el tsunami en Indonesia

Los perros detectores trataban de encontrar a los desaparecidos mientras que las familias esperaban ante los centros de identificación de cadáveres. Las esperanzas de hallar supervivientes entre los escombros son prácticamente nulas. La ola provocada por la erupción del Anak Krakatoa dejó 429 muertos, 1.485 heridos y 154 desaparecidos.

 

Los socorristas indonesios intentaban este miércoles auxiliar a los habitantes atrapados en islas remotas y llegar a los pueblos más aislados tras el tsunami desatado por un volcán que dejó más de 400 muertos.

 

Los trabajadores humanitarios advirtieron que los recursos de agua potable y de medicamentos eran insuficientes, lo que hizo saltar las alarmas por una posible crisis sanitaria, mientras que miles de desplazados viven en refugios atestados o en hospitales. Muchos perdieron sus viviendas.

 

El tsunami se abatió el sábado por la noche contra las costas del estrecho de la Sonda, que separa las islas de Sumatra y de Java, y dejó 429 muertos, 1.485 heridos y 154 desaparecidos, según el último balance de la Agencia nacional de gestión de catástrofes.

 

Los expertos avisaron del riesgo de nuevos tsunamis a causa de la actividad volcánica, y una falsa alerta hizo cundir el pánico el martes. Las regiones afectadas están llenas de chasis de vehículos, barcos encallados, muebles y escombros varios.

 

La misma agencia anunció que había desplegado helicópteros para abastecer de víveres a la población y ayuda a los pueblos más recónditos de las costas arrasadas del oeste de Java y del sur de Sumatra.

 

Cientos de indonesios siguen atrapados en minúsculas islas en el estrecho de la Sonda, a quienes el gobierno pretende socorrer por helicóptero o barco para ser llevados a centros de emergencia.

 

Los perros detectores de los rescatistas trataban de encontrar a los desaparecidos mientras que las familias, desconsoladas, esperaban ante los centros de identificación de cadáveres. Las esperanzas de hallar supervivientes entre los escombros son prácticamente nulas.

 

«Empezamos a llegar a los lugares más aislados y afectados por el tsunami», declaró Rody Ruswandi, de la Agencia nacional. «Los daños son masivos así que no pudimos lograrlo los primeros días».

 

Las carreteras y los puentes están dañados, lo que complica la tarea, agregó.

 

«Mucha miseria»

 

La ola provocada estuvo provocada por el volcán conocido como el «hijo» del legendario Krakatoa, el Anak Krakatoa.

 

Anak Krakatoa es una pequeña isla volcánica que surgió en el océano medio siglo después de la mortífera erupción del volcán Krakatoa de 1883. Es uno de los 127 volcanes activos de Indonesia.

 

En aquella ocasión, una columna de cenizas, piedras y humo salió expulsada a más de 20 km de altura, sumiendo a la región en la oscuridad y provocando un enorme tsunami que tuvo repercusiones en todo el mundo. La catástrofe dejó más de 36.000 muertos.

 

Según los expertos, la catástrofe del sábado se debió a una erupción moderada del Anak, que causó un hundimiento submarino de una parte del volcán y el desplazamiento de grandes masas de agua.

 

La Cruz Roja indonesia explicó que más de 400 empleados y voluntarios trabajaban para distribuir agua potable, cubiertas, carpas y unidades médicas móviles.

 

«Nuestros equipos ven muchas fisuras, casas destruidas y gente que está muy conmocionada», declaró Arifin Hadi, director de gestión de desastres de la Cruz Roja indonesia.

 

«Los indonesios padecieron una serie de desastres este año, hay muchas pérdidas y mucha miseria», agregó.

 

Es la tercera catástrofe natural grave ocurrida en Indonesia en los diez últimos meses,tras una serie de potentes sismos que sacudieron la isla de Lombok en julio y agosto, y el tsunami que devastó Palu, en la isla de las Célebes en septiembre, que dejó 2.200 muertos y miles de desaparecidos.

 

El 26 de diciembre de 2004, un tsunami desencadenado por un sismo submarino de magnitud 9,3 frente a las costas de Sumatra, en Indonesia, causó la muerte de 220.000 personas de varios países del océano Índico, 168.000 de ellas en Indonesia.

 

Indonesia, una de las zonas más proclives a sufrir catástrofes de la Tierra, se encuentra en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, donde coinciden placas tectónicas y se producen una gran parte de las erupciones volcánicas y sismos del planeta.

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