El paciente de 92 años fue internado por problemas respiratorios y durante ese período contrajo coronavirus.
La familia recibió la peor noticia el 10 de enero, cuando los llamaron desde el Hospital de Oliveira de Azeméis, en la ciudad portuguesa de Santa María da Feira, para informarles que había fallecido.
A raíz de los protocolos por el covid-19, sus parientes no pudieron ver el cuerpo para reconocerlo y se procedió a realizar el entierro.
Sin embargo, el 31 de enero los familiares recibieron otro llamado del centro médico para decirles que el hombre de 92 años estaba vivo.
El hospital admitió que habían sepultado era otra persona. “Los médicos vinieron a hablar conmigo diciendo que había un error y que mi padre estaba vivo. Pidieron que lo confirmara y se disculparon por el error”, relató el hijo del paciente.
“Sé que a estas alturas los médicos están trabajando duro, pero espero que este evento sirva para tener más cuidado en el futuro”, cuestionó el familiar del anciano, quien pudo hablar con él y “está lúcido”.
Fuente: Telefe