martes, abril 23, 2024

Las Tutis: un emprendimiento que nació en pandemia, para embellecer mujeres con tratamientos oncológicos

Las Tutis es un emprendimiento de dos amigas que buscan embellecer a mujeres que estén con tratamientos oncológicos. La pérdida de cabello y la falta de accesorios de moda lindos o confortables fue lo que llevó a Fernanda Regazzoni y Griselda Castellanos crear sombreros y pañuelos especiales para personas con alopecia.

Su proyecto nació en plena pandemia, fue ideado en mayo del año pasado y en septiembre lanzaron los primeros productos. Sin embargo, no fue la pandemia lo que detonó su idea, sino fueron sus experiencias personales con el cáncer.

Griselda atravesó sus tratamientos oncológicos hace tres años y Fernanda los vivió el año pasado, por cáncer de mama. “Pasamos por todos los tratamientos: cirugía, quimioterapia y radioterapia. Al perder el cabello te encontrás con una gran distorsión de la imagen de uno mismo”, detalló Fernanda.

La idea nació de su propia necesidad

“A las dos nos pasó que no encontramos en el país productos lindos, a la moda que nos hiciera sentir un poco mejor, ante nuestra mirada al espejo”, comentó Fernanda. Y a raíz de su necesidad nació la idea de crear ellas mismas lo que estaban buscando.

No les costó saber qué tipo de telas usar o que modelos eran más cómodos, ya que ellas mismas estaban viviendo en carne propia la necesidad de un accesorio que las hiciera sentir bellas. “No solo perdés el cabello, sino también las cejas, las pestañas. A eso sumado a la cara hinchada producto del tratamiento, hace que no te reconozcas en el espejo y obviamente comenzás a buscar accesorios que te ayuden a pasar los meses que dure el tratamiento”, detalló Griselda de su experiencia.

“Ya estuvimos ahí, sabemos que accesorio es apto para cada necesidad, que tela usar, que característica debe tener, para que otras personas no pasen por lo mismo que nosotras”, dijo Fernanda.

Las amigas mencionaron que el aislamiento les otorgó el tiempo que necesitaban para crear su proyecto, para capacitarse con lo necesario para llevarlo adelante. Sin embargo al ser pacientes de riesgo en medio de una pandemia, las cosas se les complicaron un poco.

“No podíamos salir ni juntarnos, pero gracias a la tecnología, era como si estuvieramos juntas”, contó Fernanda. Para realizar las compras para confeccionar los productos, las mendocinas recibieron ayuda de sus amigos y de los mismos empleados de las casas de tela.

Fuente: Vía País

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