jueves, abril 18, 2024

La OMS recomienda la vacuna cuadrivalente en la temporada de gripe

Disponible en el país a partir de este año, ofrece una protección más amplia que la trivalente, ya que incluye los dos subtipos A y los dos linajes B del virus de la gripe. La importancia de vacunarse todos los años y el desafío de los laboratorios de lograr una vacuna más estable y que brinde inmunidad por más tiempo.

Cada año, el inicio del otoño marca la línea de largada de una nueva carrera contra las enfermedades que traen consigo las estaciones más frías. Y la gripe es una de las que más preocupa, por su incidencia en los grupos más vulnerables de la sociedad (los niños, los adultos mayores y las personas con problemas preexistentes de salud) y por su cualidad de “mutar” cada temporada y la imposibilidad de controlarla con una vacuna que eso genera.

En el mundo hay anualmente entre tres y cinco millones de casos graves de gripe y entre 250 y 500 mil de ellos terminan en muerte. La incidencia del virus de la influenza varía según la edad: es más frecuente en los niños (20/30%) y mucho menos en los adultos jóvenes (5/10%).

“La mayor tasa de internaciones y hospitalizaciones por influenza se observa en los extremos de la vida (mayores de 65 años y menores de cuatro) y también se registran tasas altas -tanto en adultos como en pacientes pediátricos- en personas con algunas enfermedades preexistentes o comorbilidades, como embarazo, enfermedad renal, pacientes inmunocomprometidos, etc. que presentan peor pronóstico en caso de contraer la enfermedad”. El médico infectólogo Pablo Bonvehí es miembro de la Comisión de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y en un encuentro con periodistas sobre El desafío de comunicar en vacunas del que Infobae fue parte puntualizó: “El virus tiene cambios en su composición a medida que se va multiplicando y esto hace que el virus mute con el tiempo, por eso en general todos los años no se tienen los mismos tipos de influenza”.

Y tras explicar que “del virus A hay dos subtipos (H1N1 y H3N2) y dentro de estos ocurren esas mutaciones”, ahondó: “En el virus B no se llaman subtipos, sino que hablamos de linajes y desde el año 1985 sabemos que hay dos linajes circulantes, Yamagata y Victoria, que a su vez sufren algunas mutaciones aunque menos que los virus A”.

Durante la temporada 2018, “el virus de influenza H1, que es el original, que fue pandémico en 2009 fue similar al que estaba contenido en la cepa de la vacuna, el virus del linaje B Yamagata se comportó como la cepa B que incluía la vacuna, mientras que también hubo circulación del linaje B Victoria, o sea que hubo circulación de los dos linajes B”, precisó Bonvehí, quien además agregó que “el virus A H3N2 no estuvo perfectamente relacionado con el de la vacuna”.

La vacuna se elabora en función de las recomendaciones que hace la Organización Mundial de la Salud (OMS) el año anterior en base a los datos epidemiológicos recolectados sobre las últimas cepas que aparecieron. “En la mayoría de los casos la vacuna tiene una buena correlación con el virus que circula, y a veces es menor; cuanta más correlación hay entre el virus que circula y el virus de la vacuna mayor es la efectividad de la vacuna”, explicó el especialista, en el encuentro organizado por la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE).

“En adultos jóvenes la vacuna tiene una eficacia de 70-90% para evitar que la gripe aparezca; ahora en un adulto mayor de 65 años la efectividad para que la gripe aparezca es menor (en este grupo lo que se busca es evitar las complicaciones, que la persona no se interne y no muera por gripe) -detalló Bonvehí-. Y en los niños hay estudios que demostraron la eficacia de la vacunación en el embarazo para evitar que el niño se enferme en los primeros seis meses de vida”.

En ese sentido, la médica infectóloga y presidente de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE) agregó: “En las personas inmuno comprometidas, que pueden no responder a la vacuna, así como en los prematuros extremos de menos de 1.500 gramos, que no se pueden vacunar, se recomienda lo que se conoce como ‘estrategia capullo’, esto es, vacunar a los contactos estrechos para evitar lo más que se pueda la enfermedad en el entorno de estos pacientes de riesgo”.

“Eso desde el punto de vista sanitario con las vacunas que provee el Estado, ahora, desde el punto de vista individual puede vacunarse todo el mundo que desee tener menos posibilidades de tener gripe”, remarcó.

Artículos relacionados

Más Información