jueves, abril 25, 2024

El ranking de los países que mejor respondieron a la pandemia

El coronavirus continúa propagándose. Durante casi un año, los gobiernos y las sociedades se han abocado en luchar contra un enemigo invisible, exponiendo estructuras competitivas, vulnerabilidades, y prioridades políticas. La pandemia también ha dado lugar a una infodemia de narrativas y contranarrativas sobre qué tipo de estados están intrínsecamente mejor preparados para combatir el virus.

El Instituto Lowy de Sydney publicó un índice de comportamiento de los países frente a la amenaza del nuevo coronavirus. En él se explora cómo casi 100 países con datos comparables y disponibles públicamente sobre el virus han manejado la pandemia hasta la fecha luego de su centésimo caso confirmado de COVID-19. Los países se han clasificado en categorías amplias, por regiones, sistemas políticos, tamaño de la población y desarrollo económico, para determinar si existen variaciones significativas entre los diferentes tipos de estados en el manejo de la pandemia.

Para este trabajo 98 naciones fueron sometidas a evaluación teniendo en cuenta la geografía, los sistemas políticos, el tamaño de la población y el desarrollo económico como ejes para una respuesta que en algunos casos fue exitosa y en otros fue la vía de recrudecimiento de la pandemia.

Además se usaron seis criterios de revisión, incluyendo los casos confirmados, el número de muertes y la realización de pruebas diagnósticas. “En conjunto, estos indicadores apuntan a qué tan bien o mal los países han manejado la pandemia”, dice el informe.

El primer puesto lo obtuvo Nueva Zelanda con cierres fronterizos, bloqueos y regímenes de prueba de anticiparse y ser radical en las decisiones (lo que en inglés se ha definido como ”go early, go hard”). Siguen otras naciones que también tomaron medidas contundentes y efectivas como Vietnam, Taiwán, Tailandia, Chipre, Ruanda, Islandia, Australia, Letonia y Sri Lanka.

Un dato que aclararon los científicos es que las naciones más pequeñas, con poblaciones de menos de 10 millones de personas, parecían tener algunas ventajas. “En general, los países con poblaciones más pequeñas, sociedades cohesionadas e instituciones capaces tienen una ventaja comparativa para hacer frente a una crisis global como una pandemia”, señala el informe.

Con la mirada baja

La baja calificación de algunos países de América es un hecho en lo que las estadísticas determinan. Del lado de los que no salieron bien librados, Brasil fue el peor calificado: quedó en el último lugar seguido muy de cerca por México, Colombia, Irán y Estados Unidos. Brasil ha registrado más de 218.000 muertes por COVID-19, una cifra solo superada por Estados Unidos. Chile, uno de los más admirados de la región, no obstante se ubicó en el puesto 89. Bolivia se sitúa 93, Colombia 96. Argentina no integró el estudio.

Para los investigadores del Lowy, esto se explica porque “durante gran parte del año pasado las dos naciones más pobladas de América fueron lideradas por gobernantes nacionalistas que minimizaron activamente la amenaza del virus, ridiculizaron el uso de máscaras, se opusieron a los cierres, e incluso contrajeron el virus ellos mismos”.

En el estudio se concluyó que, “los niveles de desarrollo económico o las diferencias en los sistemas políticos entre países tuvieron un impacto menor en los resultados de lo que a menudo se suponía”.

Europa no se ve eximida de los malos resultados. Otros países en cuestión por su gestión de la crisis sanitaria fueron España (78), Francia (73), Bélgica (72) y Francia (73).

La lista de europeos es amplia con ejemplos como el de Reino Unido, que con el mayor número de muertes en el viejo continente se situó en el puesto 66; Italia, que resistió la primera oleada de COVID-19, ocupó el puesto 59. Y Alemania quedó en el 55.

Por otra parte, en Asia, India, uno de los países más densamente poblados del planeta, y con más de 11 millones de casos, ocupó el puesto 86.

Todas las evaluaciones realizadas por los investigadores australianos se dieron en las 36 semanas posteriores a su centésimo caso confirmado de COVID-19, utilizando los datos disponibles hasta el 9 de enero de 2021.

Se calcularon promedios de catorce días de nuevas cifras diarias para casos confirmados, positivos confirmados por cada millón de personas, muertes confirmadas en total y por millón de personas, casos confirmados como una proporción de pruebas y pruebas por mil personas.

China, donde se identificaron los primeros casos en diciembre de 2019, no se incluyó en la clasificación. Los investigadores de Lowy afirmaron que la razón fue la falta de datos disponibles públicamente sobre las pruebas. Beijing ha tratado agresivamente de manejar las percepciones del público sobre su manejo de la enfermedad, con arresto de reporteros y gran control de la información al público, mientras intenta mostrar que su sistema es preferible a otros, muchos de los cuales han flaqueado gravemente durante la crisis.

Sin embargo, la investigación no destacó que algún sistema político haya sido especialmente beneficioso para frenar los contagios. “Algunos países han manejado la pandemia mejor que otros, pero la mayoría se han superado entre sí sólo por grados de desempeño deficiente”, aseguraron.

Las herramientas para contener la propagación del COVID-19 (órdenes para quedarse en casa, bloqueos y cierres de fronteras) han sido comunes en la mayoría de los países. Pero la forma en que los gobiernos convencieron u obligaron a sus ciudadanos a adherirse a estas medidas a menudo reflejaba la naturaleza de sus sistemas políticos.

A pesar de las diferencias iniciales, el desempeño de todos los tipos de régimen en el manejo del coronavirus convergió con el tiempo. En promedio, los países con modelos autoritarios no tuvieron una ventaja prolongada en la supresión del virus. De hecho, a pesar de un comienzo difícil y algunas excepciones notables, incluidos los Estados Unidos y el Reino Unido, las democracias tuvieron un éxito marginal mayor que otras formas de gobierno en su manejo de la pandemia durante el período examinado. Por el contrario, muchos regímenes híbridos, como Ucrania y Bolivia, parecían menos capaces de afrontar el desafío.

Fuente: Infobae

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