Los tres principales comités de acreedores argentinos se unieron y comunicaron este lunes su rechazo a la última oferta de pago realizada por el Gobierno. Los fondos de inversión presentaron al Ministerio de Economía una nueva contrapropuesta para cerrar de forma definitiva el canje.
“El Grupo Ad Hoc de Accionistas de Bonos Argentinos, el Comité de Acreedores de Argentina y el Grupo de Accionistas de Bonos de Intercambio, que colectivamente poseen más de un tercio de los bonos globales en circulación de Argentina y más de un tercio de sus bonos en circulación, se complacen en anunciar que nos hemos unido para presentar una nueva propuesta al gobierno argentino que cuente con el apoyo de todos los grupos de acreedores”, explicaron en un comunicado conjunto.
De esta forma, el rechazo a la propuesta oficial presentada a principios de julio está respaldada por fondos como Blackrock -que fue el que tuvo la posición más dura a lo largo de la negociación- sino también por el Comité de Acreedores de Argentina, que integran Gramercy y Fintech. Estos dos últimos acreedores se habían manifestado en principio a favor de la oferta.
“La propuesta conjunta representa importantes concesiones económicas y legales de los tres grupos, incluido que los nuevos bonos emitidos a cambio de los bonos globales existentes se regirán por una versión modificada de la escritura de 2016”, afirmó el comunicado.
De esa forma, los acreedores aceptan ceder en uno de los puntos en disputa en las negociaciones. Los tenedores de los bonos emitidos desde 2016 reclamaban que los nuevos bonos del canje tengan cláusulas “viejas” de protección a los inversores como los que tienen los títulos emitidos en 2005 y 2010.
En su lugar, buscarán reformar las cláusulas de 2016, aunque no dieron mayores detalles. Más allá de la discusión sobre la letra chica, los tres grupos de acreedores pidieron a través de la nueva contraoferta realizada al Gobierno una nueva mejora económica de la reestructuración. Martín Guzmán estiró el valor del canje a 53,5 dólares para cada 100 de deuda.
“Creemos que nuestra propuesta mejorada proporcionará el alivio a corto plazo que Argentina necesita con urgencia; brindará una solución sostenible a largo plazo que asegure el futuro del país y su acceso a los mercados internacionales y proporcionará el marco legal necesario para alentar la inversión adicional necesaria para poner al país en el camino hacia una recuperación sostenida”, aseguraron los acreedores.
Los tres comités afirman poseer en sus carteras un tercio de los bonos Globales argentinos -es decir, los emitidos desde 2016- y además un tercio de los títulos en circulación -incluyendo a los que fueron colocados en los canjes de 2005 y 2010-. De esa manera, con una posición podrían “bloquear” cualquier acuerdo que el Gobierno busque realizar sin ellos.
Esto sucede porque el Ministerio de Economía necesita -dependiendo de qué bono se trate- entre el respaldo de entre el 66% y el 85% de los tenedores para lograr que la oferta “derrame” de forma automática entre los bonistas que no la aceptaron.
La última oferta de pago realizada por el Palacio de Hacienda implica un aporte de unos U$S13.000 millones respecto a la primera propuesta. Además, el Gobierno aumentó los cupones de interés a cobrar por los bonistas y redujo las quitas. El plazo de gracia se acortó a poco más de un año. La enmienda tiene como fecha límite de aceptación el 4 de agosto, aunque podría ser extendida.
Una de las particularidades de la oferta “final” es que Hacienda incluyó una cláusula por la cual el canje debería tener un respaldo mínimo del 50% de los bonistas. Si no lo consigue, la operación se cae. La estrategia fue -tras conseguir el aval de fondos como Fintech y Gramercy- ir a la búsqueda de los bonistas minoristas.
Pero la asociación de Blackrock -el fondo acreedor más duro- con los otros dos comités más representativos, baja un mensaje al Gobierno y al mercado de que un acuerdo sin su venia no podrá conseguir las mayorías necesarias para prosperar.
Tanto el ministro Martín Guzmán como el propio Alberto Fernández repitieron en las últimas semanas que la última oferta presentada a los acreedores sería la última, por lo que no admitiría hacer más modificaciones. La propuesta, incluso, contaba con el apoyo del Fondo Monetario Internacional.
Este martes el mandatario participará de una conferencia del Consejo de las Américas, integrado por distintos empresarios y grandes fondos de inversión, entre ellos algunos involucrados en la negociación de la deuda.