viernes, marzo 29, 2024

Covid-19: nuevo fracaso de la hidroxicloroquina

No protege de contagios, según una prueba que se hizo en personas sanas que estuvieron en contacto estrecho con infectados.

La estrategia terapéutica diseñada por el científico español Oriol Mitjà para combatir el COVID-19 no funciona. La propuesta pasaba por emplear la hidroxicloroquina, un conocido antipalúdico empleado también en dolencias autoinmunes como la artritis, para prevenir la enfermedad.

Como medida de prevención, Mitjà quería ver si al administrar este fármaco a personas sanas que hubiesen estado en contacto estrecho con algún caso positivo los protegía de una eventual infección por coronavirus. Pero los resultados fueron negativos, según reveló el propio especialista en una jornada científica en Barcelona.

No se encontraron diferencias significativas a la hora de contraer la enfermedad entre el grupo que tomó la hidroxicloroquina y los que no tomaron nada. Este ensayo contó con el aval del Gobierno catalán y de una potente campaña de recaudación de fondos (#yomecorono), que suma ya 2,3 millones de euros en donaciones destinadas a esta y otras investigaciones vinculadas al coronavirus.

En sus inicios, a principios de marzo, el plan de Mitjà y la Fundación Lucha contra el Sida, donde ejerce como infectólogo, planteaba reclutar en tres semanas a unas tres mil personas, entre casos positivos y contactos sanos, para realizar dos intervenciones simultáneas.

A los infectados se le administraba hidroxicloroquina y darunavir, un antiviral que se emplea contra el VIH. A las personas sanas que habían estado expuestas al virus se les daba hidroxicloroquina. Al final, el estudio se prolongó durante dos meses y el 4 de abril, los investigadores retiraron el darunavir del ensayo porque la farmacéutica que lo comercializa advirtió de que no era efectivo para el coronavirus.

El ensayo reclutó a 2.300 contactos sanos de casos positivos. Las personas sanas se repartieron de forma aleatoria en dos grupos: uno no tratado y otro al que se le administraba hidroxicloroquina. Se les hacía un seguimiento telefónico a tres, siete y catorce días y se les daba un sistema de vigilancia al que podían llamar en cualquier momento si presentaban síntomas. Además, un equipo de sanitarios del grupo de investigación se desplazaba al domicilio de estas personas y les tomaba la muestra para realizar el PCR.

Los primeros resultados de los efectos postexposición de la terapia con hidroxicloroquina, avanzados por el científico en las X Jornadas de Enfermedades Emergentes celebradas en Barcelona, revelan que el 6,2 por ciento en el grupo de control y el 5,7 por ciento en el grupo al que se le administró la hidroxicloroquina, acabaron siendo casos positivos con un PCR que confirmó la dolencia.

“No vemos ningún beneficio, lo que corrobora los resultados publicados recientemente por la Universidad de Minnesota”, aseguró Mitjà en la conferencia científica haciendo alusión a un estudio publicado en la revista New England Journal of Medicine también con contactos sanos.
Los investigadores de Minnesota concluyeron que la hidroxicloroquina no pudo prevenir el desarrollo de COVID-19 mejor que un placebo: el 12 por ciento de los que tomaron el fármaco antipalúdico y el 14 por ciento de los que ingirieron placebo, se infectaron.

“La hidroxicloroquina era, junto al remdesivir -otro antiviral-, el único fármaco que había funcionado en el laboratorio. O usábamos la hidroxicloroquina o no teníamos nada más”, indicó el científico en la conferencia.

Cuando los investigadores de la Fundación Lucha contra el Sida empezaron este ensayo, la pandemia estaba al alza y este se veía como uno de los fármacos más prometedores para combatir la enfermedad.

En estos meses, la polémica cercó a este medicamento antipalúdico: mientras líderes mundiales como Donald Trump o Jair Bolsonaro alentaban su consumo, incluso de forma preventiva, un controvertido estudio publicado en The Lancet concluía que la cloroquina y la hidroxicloroquina no aportaban ningún beneficio a los pacientes hospitalizados, sino que aumentaban el riesgo de arritmias y muerte.

A propósito de esta investigación, la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegó a paralizar todos sus ensayos con hidroxicloroquina, pero un centenar de científicos de todo el mundo salieron al paso de esa investigación y señalaron importantes irregularidades en la forma y fondo del estudio. Tres de los cuatro firmantes de la investigación se retractaron de las conclusiones.

Artículos relacionados

Más Información