La OPEP y sus aliados, liderados por Rusia, habían pactado en diciembre de 2018 un recorte de la producción que el año pasado fue prolongado hasta finales de este mes de marzo, con un volumen de 1,7 millones de barriles diarios.

“Desde el 1 abril nadie tiene la obligación de recortar la producción”, dijo el ministro de Energía ruso, Alexander Novak, en declaraciones a la prensa al abandonar la sede de la OPEP en el centro de Viena.

Zanganeh parecía dejar abierta la puerta para un recorte, al considerar “necesaria” una nueva reunión entre los productores “para decidir porque en esta situación el mercado necesita una decisión de recorte”.

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