Así las cosas, habrá que mirar al exterior. Pocos fondos escaparon a un 2018 de caídas -desde el batacazo de octubre- en casi todos los índices del mundo, y también para los de renta fija y los fondos de retorno absoluto. Pero algunos zafaron. Odey Swan Fund, un multiestrategia con gran flexibilidad de gestión, sube el 37,8% desde enero 2018. El PrivilEdge H2O High Conviction Bonds, de renta fija global, tiene una cesta donde hay bonos soberanos de Alemania, México, Grecia y Francia, entre otros y avanza un 20%. El BlackRock Strategic Funds – Emerging Markets Absolute Return, que invierte en Bolsas de emergentes, gana el 20%. El Rivoli Equity Fund, que incluye posiciones cortas sobre la Bolsa europea, 17,1%. El JPMorgan Funds – Emerging Middle East Equity, que invierte en empresas cotizadas de África y Oriente Medio, sube 14,6%, también en 2018.
Muchos estiman que las Bolsas europeas serán las mejores en 2019, aunque otros creen que todavía algunas empresas americanas tienen aire. En EE.UU. la macroeconomía sigue estable y el PBI habría cerrado 2018 arriba más del 3%, pero aumentan las sospechas de que en 2019 se desaceleraría.
La volatilidad se disparó, y crecen los augurios de una recesión alimentados por la curva de las tasas y por un ciclo alcista demasiado largo. La mayoría señala a 2020 como el punto de inflexión, pero la fecha está comenzando a adelantarse a 2019, aunque para la mayor gestora de activos del mundo, BlackRock, existe “una probabilidad acumulada del 50% de que la recesión ataque a fines de 2021”.
Apple,, la gran referencia de Wall Street, sufre una ralentización en las ventas del iPhone y perdió casi 30% -u$s300.000 M- de su valor en dos meses. La salida a Bolsa de empresas como Uber, que no tienen manera de ser rentables, activarían las ventas en el sector tecnológico.
Algunos estiman que se acerca la tormenta perfecta: tasas de interés subiendo, deuda global privada y pública (u$s182 B) 60% arriba de la que había en 2007 antes del estallido de la crisis financiera, mercados de capitales sobrevaluados, guerra comercial, “brexit” y la economía global desacelerada.
El PBI mundial habría crecido el 3,7% en 2018 y los pronósticos para 2019 empiezan en el 2,9%. China, que está dejando su impulso pro- economía de mercado, ralentizaría su crecimiento al 6%. La zona euro -cuyo billete se devaluó un 5,7% frente al dólar desde enero- crecería debajo del 2% de los últimos años dado el bajón global y las debilidades políticas y económicas internas.