En 1945, una multitud se reunió en Plaza de Mayo en apoyo a Perón.
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Juan Domingo Perón, durante los primeros días de octubre de 1945, ejercía simultáneamente los cargos de vicepresidente de la Nación, secretario de Guerra y secretario de Trabajo y Previsión del gobierno militar que había derrocado al presidente Ramón Antonio Castillo.
El 9 de octubre de ese año, luego de constantes enfrentamientos entre Perón y la cúpula militar, le exigieron su renuncia total. Sin embargo, al día siguiente, brindó un discurso desde el balcón de la Secretaría de Trabajo que tuvo una gran repercusión. En él, enumeró una lista de reivindicaciones laborales que deseaba llevar a cabo.
A raíz de esa situación, el gobierno militar ordenó la detención y el procesamiento de Perón.
El 15 de octubre, con una huelga general, varios sindicatos exigieron la libertad de Perón. Mientras tanto, acusando problemas de salud, trasladaron al coronel al hospital Militar de Palermo. Llegó el 17 de octubre.
La huelga se volvió cada vez más cuantiosa y masiva, por lo que el ministro de Guerra Eduardo Ávalos aceptó charlar con Perón y permitir que se dirigiera a los manifestantes.
En Plaza de Mayo, Perón salió a un balcón de la Casa de Gobierno y brindó a la multitud un discurso histórico, en el cual prometió seguir con su defensa a los trabajadores y les pidió que volvieran a sus hogares.