En la penúltima jornada de la 39ª edición de la Fiesta Nacional del Inmigrante, una vez más se vio un anfiteatro Norguss Jacob repleto. El cómico “Cacho” Garay y el grupo musical de los 70, Katunga, fueron la causa.
Pero la jornada había comenzado temprano con la presentación en el escenario mayor de los ballets infantiles de las distintas colectividades, que cada fin de semana protagonizan la tradicional “Tarde los Niños”. Desde esa hora, cientos de visitantes recorrían el Parque de las Naciones, donde los kioscos de las colectividades eran los más requeridos, así como la Expo Comercial y la de Artesanos, que tienen mucho para ofrecer. Por la noche, la gente ya se fue ubicando en el anfiteatro, muchos para ver el Cuadro de Apertura que este año tuvo enorme repercusión. Luego fueron apareciendo los ballets invitados, el Italiano “Volare” (Ijui, Brasil), el Polaco “Zpit Nowa Polonia” (Cba.), y el Instituto de Danzas Oberá, para dar lugar a los locales. También hizo su presentación el grupo La Sabia (Ganador del Preselectivo de Folclore), que fue el encargado de ir calentando la fría noche obereña.
Y así fue el turno de la aparición en escena del cómico mendocino, ante una enorme presencia de público que no quiso perderse la oportunidad de escuchar sus cuentos en vivo y en directo. Y Cacho Garay hizo su entrada, y por una hora desarrolló un espectáculo que incluyó la participación de ese público que no paró de reír ni un solo momento. Con su estilo conocido como “humor seco”, jugó con la picardía y aprovechó la respuesta de la gente para hilvanar un cuento detrás de otro, pero siempre con respeto, humor sano y familiar, “del interior”, que tuvo el resultado esperado, lo cual se notó cuando ese público lo ovacionó de pie al finalizar el show.
Como si eso fuera poco, luego subió a escena el reconocido grupo argentino de música de rock y ritmos caribeños popular en la década del 60, 70 y 80, Katunga. Con la buena onda, la alegría de siempre, Diego Chamorro y compañía recorrieron una trayectoria de más de 40 años a través de los clásicos que fueron furor por décadas, como “veo, veo, qué ves”, “mirá para arriba, mirá para abajo” o “Por una negrita”, que fueron coreados y bailados por un público adulto y no tanto, porque como dice Katunga “El que no baila es un aburrido”.
