viernes, mayo 17, 2024

Con el dólar a $40 y dudas sobre el futuro, el mercado es pesimista sobre una estabilización cambiaria

Las señales oficiales no son lo suficientemente contundentes, ni claras, para la City, algo que es reflejado en la escalada de un dólar que ya superó los $40 y en el retroceso de las acciones argentinas.

Un clima pesimista que se percibe en el ambiente, y que los operadores estiman que podría volver a reflejarse este miércoles en el mercado. Es que no existe un sustento contundente que haga cambiar la situación actual alcista en la plaza cambiaria.

Para bancos, empresas y economistas las medidas tomadas por el Presidente Mauricio Macri a inicios de semana no fueron suficientes.

En el aire está la sensación de que poner retenciones a las exportaciones y achicar la cantidad de ministerios no alcanzará para torcer un rumbo en el que se evidencia una notoria caída de la actividad económica, y sobre todo una gran desconfianza de los inversores.

Desde la City se pide un cambio en el modelo económico, y algunos solicitan una modificación más radical en el Gabinete.

Incluso, algunos sostienen que la implementación de las retenciones a las exportaciones puede ser un aliciente para una mayor suba en el precio de la divisa.

En este contexto inestable ocurre en un marco donde el Gobierno está negociando con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un adelanto de todo el crédito que le ha sido aprobado al país por u$s50.000 millones, que abarca cubrir los compromisos de financiamiento hasta fines de 2019.

El problema de fondo que observan los analistas, en un país que piensa en dólares, es la falta de una oferta genuina de divisas que permita equilibrar al mercado.

De hecho, esta carencia es compensada en los últimos días de forma cotidiana por ventas del Banco Central, mientras la demanda se mantiene elevada.

Este gran problema de falta de ingresos genuinos de dólares es visualizado en un claro ejemplo: la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidades que representan un tercio de las exportaciones argentinas, informaron que en todo agosto las empresas del sector liquidaron u$s1.605 millones.

Este monto ingresado desde el agro fue muy similar al que desembolsó durante toda la semana pasada el Banco Central para intentar contener la escalada del billete estadounidense, esfuerzo que poco sirvió para lograrlo ya que hoy se ubica por encima de los 40 pesos.

De hecho, desde el 14 de agosto al presente la autoridad monetaria ya vendió en la City alrededor de u$s2.784 millones. Es decir, 73% más de lo que ingresó el mes pasado desde el sector agrícola.

En cuanto al monto acumulado aportado por el campo desde comienzos de año asciende a u$s15.727 millones, “manteniéndose en los niveles históricos de los años previos (u$s15.800 millones)”, acotaron desde la CIARA.

Ante esta situación, el ex secretario de Finanzas de la Nación y director de la consultora Quantum Finanzas, Daniel Marx, opinó que el “Gobierno empeoró esta crisis del dólar, porque dio señales confusas”.

El analista Nery Persichini de la consultora GMA afirmó que “seguir atribuyendo a las condiciones internacionales el origen de todos los problemas es un error. La postura no sólo peca de simplista, sino que carece de la autocrítica necesaria para torcer la realidad que efectivamente depende de Argentina”.

Para completar que el “cambio sistemático de reglas de juego y el optimismo desmedido en que no habría problemas de financiamiento son algunos de los puntos a revisar”.

Por su parte, el economista Jorge Vasconcelos del IERAL de la Fundación Mediterránea completó que la crisis cambiaria que se inició en abril “pasó a una nueva fase cuando comenzó a contaminar el riesgo país”.

En su opinión, usar las reservas del Banco Central para intentar frenar al dólar “hizo temer por la disponibilidad de divisas” para hacer frente a los vencimientos de deuda de corto plazo, sean en moneda dura (Letes) como en pesos (Lebacs).

Así, con un riesgo país por encima de los 700 puntos, los supuestos con los que se confeccionó el acuerdo original con el FMI “quedaron desbordados y se abrió paso un nuevo esquema, por el cual la Argentina podrá acceder a desembolsos que cubran los compromisos de corto plazo, a cambio de un endurecimiento de la política fiscal y monetaria”, completó.

Y finalizó Vasconcelos: “Al estar en juego la confianza, es difícil anticipar en qué momento este programa habrá de ser capaz de estabilizar las variables, pero sí está claro que el gradualismo no ha sido un sustituto del shock, sino que sólo lo postergó, hasta un momento inoportuno en términos políticos y con efectos muy serios sobre la inflación, la conflictividad social y la pobreza”.

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